Mauricio Romero, @MauRomero
<<Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé./ (¡En el quinientos seis y en el dos mil también!)/ Que siempre ha habido chorros,/ maquiavelos y estafaos,/ contentos y amargaos,/ valores y dublé…>>
Santos Discépolo. Siempre Santos Discépolo. Como los chanchullos e impunidad, siempre presentes en la F1.
Las primeras planas, los noticieros, las mesas de publientretenimiento deportivo de México amanecerán gritando el nombre de Sergio Pérez.
Y es que, como Max Verstappen –aunque él por partida doble–, y como los cientos de trabajadores de la fábrica de Milton Keynes, Checo Pérez se convertirá en campeón del mundo al ser integrante de Red Bull Racing. Sin embargo, hay un detallito que será silenciado entre la algarabía:
EL TÍTULO ESTÁ MANCHADO.
¿Por qué?:
-Por la violación de los topes de gastos establecidos para 2021.
¿Qué tiene que ver el presupuesto de 2021 con el campeonato de 2022?:
-Que el RB18 con el que Red Bull desbancará a Mercedes se gestó precisamente con los recursos de 2021.
La FIA detectó el dopaje financiero. Lo hizo público. Pero acorde a la tradición de brindar impunidad a quienes hagan trampa, mantendrá intactos los campeonatos de Verstappen y Red Bull por medio de un acuerdo oscuro, turbio, firmado en total privacidad tal como lo hiciera en 2019 después de cachar a Ferrari en su inmensa potencia gracias al ilegal flujo de combustible. Entonces las carreras ganadas por Leclerc se confirmaron y el arreglo aún se mantiene bajo llave… hasta que algún hacker lo libere.
El asterisco no es menor, pues si existiera justicia deportiva sería una causal lógica para anular los campeonatos tanto de Verstappen como de Red Bull, y por tanto de Sergio Pérez. Pero los publicronistas no solo se quedarán callados al respecto cuando vitoreen al segundo casco del equipo dopado, incluso algunos dirán que el piloto será el primer mexicano en coronarse en la máxima categoría, lo cual es falso: basta con recordar a Jo Ramírez y su paso por McLaren.
mauromero@comunidad.unam.mx
Por fandangos 