Archivos para 6 noviembre, 2012

Reconciliación. Segunda de la Temporada

Publicado: 6 noviembre, 2012 en Crónica

Por Mauricio Romero

Hace frío, se siente el invierno ya. Una hora antes del festejo cayeron gotas que amenazaron con helar la tarde aún más. La entrada es pobre, muy por debajo de lo que se esperaba; “¿por qué, joven, si está bueno el cartel?”, preguntaba el revendedor que despacha al pie del camión de los granaderos. También los franeleros se quedaron esperando la manada de autos que les había llenado los bolsillos una semana atrás. Ni  modo.

El ¡Óle! monumental que parte plaza cae cinco minutos tarde. Detalle nimio para algunos pero no para quienes van semana a semana. ¡Juez!, ¡fiiii! Vestidos como figuras del toreo los tres: Arturo Macías de obispoyoro, Alejandro Talavante de azulmarinoyplata y Octavio García, El Payo, de blancoyplata. Con una calidez que ni el mismo torero esperaba, el público obliga a saludar en el tercio al diestro de Aguascalientes, el de Bajadoz hace lo mismo y cuando insta al Payo a salir el público lo para en seco: “Buuuu”. El momento es vergonzoso. El queretano recula, se tapa sin quejarse. “Qué bueno, que sienta”, opina uno sonriendo. “¿Por qué?, si ni ha toreado”, revira el compañero con el seño fruncido. Los dos tienen las manos en los bolsillos.

***

El sexto de la tarde, Maltecho, número 80, salta al ruedo entre la división de quienes gritan a Talavante regalar un toro (?) y quienes piden lo contrario. “Cómo exigen uno más, con lo que pasó en la primera…”. El saludo es a la verónica, el de Barralva no es claro como el primero del lote. Se ve movimiento en las escaleras, hacia las salidas. El frío ya cedió. El picador se va cobijado por una ovación, se la ganó al provocar la embestida, chorrear la vara y medir el castigo.

Al cruzar el ruedo El Payo todos supieron hacia quien iba. “¿Él también?, ni que fuera el rey”, “¿Oootra vez?, ¡fiii!”. Joaquín Sabina sale por tercera vez del palco de la empresa a recibir la montera. Unos ríen y otros pitan, el cantautor palmas ya no recibe.

Cambiados de espalada en los medios. Al toro le falta fuerza. A pesar de los gritos hostiles y las apuestas en contra, Octavio hoy ha estado templado, muy calmado, sólo haciéndose caso a sí mismo. La primera parte de la faena es dedicada a cuidar lo poco que el moro trae dentro. Pases a media altura, con la derecha. Una capetillina arranca el primer olé sólido.

Paso a pasito Maltecho sigue el camino marcado por el torero, a cámara lenta. Los óles también van al compás: ¡oooole!, ¡oooooolé! A la mitad del quinto muletazo el toro se para, García no se inmuta y lo obliga a terminar: “¡Ooolé!”. La tanda no ha acabado. Ofrece los muslos, apenas un paso del de Barralva y los pitones están en el vientre. El de Querétaro arranca dos pases más y el público está de pie. ¡Torero! La ovación es contundente. La tanda ha sido importantísima.

El Payo sabe que de él depende que el descastado no lo busque. Se mete entre los pitones, aguanta parones y resuelve con capetillinas o cambiando terrenos en la cara del toro. Mente clara en el ruedo, alboroto en los tendidos. Las ortinas (bernardinas) provocan una mayor ovación y ays de susto. En este punto el torero se abandonó. El gesto con los dientes apretados, al salir de la tanda, es serio, de pelea. La aclamación significa más que la conquista por una faena, encarna la credibilidad tras la rechifla recibida al iniciar la corrida. No importaron el pinchazo ni los descabellos. El tendido se blanqueó cuando cayó el toro. Una oreja. Pitos al recibirla pero aplausos unánimes en la vuelta.

El tercero de la tarde, Cachetón, número 106, saltó con la plaza hecha una nevera y con poca luz natural. Sin embargo el ambiente estaba calientito por sendas faenas de Macías y Talavante. Incomoda el viento al saludar con verónicas y media. Puyazo en buen sitio, el toro es claro y humilla. El torero se la juega al brindar a todos pero la gente responde bien. Cae el olé cuando los machos de la montera tocan la arena.

El toro también es pronto y fijo. Cambiados por la espalda en los medios. Sin perder tiempo, El Payo hilvana muletazos largos por el derecho, templados con la poca fuerza del de Barralva. Las dos primeras tandas son coreadas fuertemente. El toreo en redondo obliga a sacar las manos del bolsillo. Quién sabe por qué, quizá el frío, pero la plaza está ¿respetuosa?, sin bullicio, tanto que los chistes de los gritones aislados se escuchan con nitidez de tendido a tendido, como en la época de novilladas, cuando sólo hay vacío.

Se dice que el toro de La México es el noble y éste lo es. Templada tanda al natural, pero el queretano se regusta con la diestra. Olés de peso. Las dosantinas, el cambio de mano y el remate ponen a varios de pie. Manoletinas para terminar. La faena transcurrió frente la puerta de caballos. Al liarse para matar se escuchan algunos gritos en favor del toro. El “uhhhhh” por el pinchazo refleja el sentir de la mayoría. “Hasta ahora se dignan a prender la luz. Codos”, se queja, con razón, la señora de atrás. Un pinchazo más y una estocada contraria dejaron el resultado en la libreta del estadístico en una fuerte salida al tercio –la actuación pudo ser de tres orejas–. La petición del arrastre lento fue sonora y clara. El debutante Jesús Morales obedeció y Cachetón fue despedido con una ovación.

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Cumpleañero, número 87, salió en segundo lugar. Negro como todos sus hermanos. Alejandro Talavante templa a la verónica con el toro llenándose los belfos de arena de tanto humillar. Dos puyazos en un viaje.

El español cita y logra dos chicuelinas, en la segunda el de Barralva se toca con el caballo de la querencia, Talavante va por él y con el capote completamente abierto tira de él; “ve, ve, ve”, codea un anciano a su amigo: corriendo hacia atrás casi en línea recta lleva con el percal muy abajo embebido al animal, después de 25 metros se para el torero, remata con una revolera: “¡olé!”, rugen los aficionados buenos levantando un brazo. “Qué torero”, respondió el otro anciano.

El brindis, el primero y más aplaudido de los tres, es a Sabina. Flexionado inicia el extremeño en el tercio frente al burladero de matadores, marca el camino y liga una vitolina en la misma posición. El control de los avíos es notable. ¡Olé! Con la cintura rota desde el cite, templa derechazos al noble Cumplañero. Hay empaque. A pesar de que le cuesta terminar la embestida al toro, Talavante le baja la mano, pero con la despaciosidad necesaria. El público responde.

Faena de mimo y expresión. El torero remata por igual hacia los medios o las tablas, perpendicular o paralelo a ellas, por alto o por bajo; cambia de mano y vacía por la espalda cuando el moro se para. “Mira. Lo aguantó”, se puede escuchar en varios momentos. Valor sereno como resultado de su extraordinaria seguridad o viceversa. Talavante sólo gesticula cuando sonríe hacia el tendido después de un pase de pecho. También puede haber toreo caro con un noble al que se le acaba la fuerza paso a pasito. En estas temporadas consecutivas que ha venido a La México, el español podría contar sus actuaciones en orejas, pero no: lo que ha acumulado han sido avisos, pinchazos y estocadas defectuosas. Uno de los primeros, tres de los segundos y otra de las terceras provocaron el silencio.

El quinto sale bajo la ovación hacia la banda de la plaza por tocar La Virgen de la Macarena y mucho movimiento en el tendido. Marinero, herrado con el 24, es el toro con más fuerza de la corrida. Cumple en el caballo y recibe un puyazo trasero. Inicio estatuario en el tercio. El de Barralva exige firmeza, responde a los toques. Bien Talavante pues no le toca la franela.

En los medios el torero siempre le deja la muleta en la cara, corre la mano atemperando la embestida bronca pero con el interés que da la bravura seca. La faena es seria, sin florituras ni miradas hacia arriba. El público está indiferente. Lástima, porque Talavante terminó imponiéndose, los menos disfrutaron de los toques y la firmeza de las zapatillas. La importancia del valor para arrebatar las querencias y poderle a un toro. Más pinchazos y una estocada atravesada. Quienes no alcanzaron boleto la semana pasada ni se fijaron, sólo les importó gritar por el regalo. La cuadrilla del extremeño todavía lo dudó, se agradece que no hayan caído en la tentación.

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La reaparición de Arturo Macías a la vez provocaba morbo y expectación. El puente del Día de Muertos brindó la oportunidad de que aficionados del interior de la República vinieran al DF. Se notaban. Tres verónicas de mano baja y media recibieron a Príncipe, número 105, el abreplaza. De salida, el toro embiste como si ya estuviera picado, humilla y es claro. Apenas recibe castigo. Macías cita con el capote a la espalda, el de Barralva también es pronto. Saltilleras cambiando el viaje. Combinación de olés y uhhs. Ovación. Ésta se repite en el brindis a todos. El público está cariñoso con el hidrocálido.

El toro, que había embestido largo, perdió la fuerza en el último tercio. Tardó en acudir a los cambiados por la espalda en los medios y cayó cuando intentó repetir. Después todo tuvo que ser despacio, muy despacio y a media altura. Buena tanda por el derecho. Una más, templada, con pulso. Los aplausos retumban solos, sin gritos ni sombrerazos, educados. Por el izquierdo parece ir mejor, incluso arranca antes del toque, pidiendo un poco de distancia. El torero ha estado más cómodo en el derecho y por ahí insiste. En los medios reduce distancia y obliga con el pico a pasar entero. Los pases son coreados. Las manoletinas impactan más y dejan ambiente para tirarse a matar. En la suerte contraria frente a sus compañeros deja una estocada en buen sitio, con un golpe en el vientre de por medio. Ya hay pañuelos antes de que doble Cumpleañero. Pelea de Gallos acompañó al diestro en la vuelta con la oreja de la reconciliación.

Con el bravucón cuarto, Viejino, número 118, peleó ante los arreones con la cara alta. La gente creyó que no había forma y le pitó que despachara, el frío calaba. Antes había tejido un quite con chicuelina-tafallera-caleserina-revoleraytomasina. De media estocada tendida dobló en los medios el toro.

La tarde fue de reconciliaciones. Macías con los medios nacionales, El Payo con el público que disfruta apretarle.  Junto con Talavante, se les esperará para la segunda mitad de la Temporada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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